El aguacate está en boca de todos, en el sentido más estricto de la palabra. Sin embargo, la fruta, que ha sido declarada un verdadero superalimento, se enfrenta repetidamente a las críticas.
Mejor disfruta conscientemente
El aguacate ya era popular antes de que el mundo inventara la palabra "superalimento". Los sudamericanos aprecian los aguacates en una variedad de formas, mientras que en Japón se enrollan en sushi, por ejemplo. Popular en Indonesia es el Alpokat, un batido hecho con aguacate, azúcar morena sin refinar y cacao, y en Taiwán y Filipinas, el aguacate, la leche y el azúcar son un postre delicioso. A algunas personas les gusta echarles una cucharada de sal y un chorrito de limón o ponerlos en el pan. Entonces, si está buscando inspiración para preparar su aguacate, se verá abrumado por la diversidad culinaria y global. Esto también está perfectamente bien, siempre y cuando uno sea consciente del camino que tiene que recorrer el aguacate para llegar a nosotros. Disfrutarlos con moderación e idealmente preferir la calidad orgánica puede ser un primer paso en la dirección correcta. También es mejor no comprar aguacates como fruta “lista para comer”, sino cuando aún están muy duros. En casa, puede simplemente dejarlos madurar en papel de periódico. Incluso puede acelerar este proceso muy fácilmente si agrega una manzana, que segrega el llamado "gas maduro". Así, el aguacate sigue siendo algo especial y no se consume en grandes cantidades. Así que volver a ver la superfruta como un lujo o un manjar ayuda enormemente a nuestro medio ambiente.
